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La magia del chocolate: historia y cultura del cacao

El origen exacto del cacao ha sido debatido por décadas. Algunos lo ubican en la cuenca del Orinoco y el Amazonas (Suramérica); otros aseguran que fue en México, con los olmecas como los primeros en cultivarlo. Lo fascinante es que, en sus inicios, no se usaban las semillas amargas, sino la dulce pulpa blanca del fruto.

Los frutos del cacao se fermentaban de forma natural sobre el suelo húmedo. Este proceso —que convertía los azúcares en compuestos aromáticos y ácidos— intensificaba su sabor y lo transformaba en una bebida fermentada, especiada con chile y reservada exclusivamente para la élite: una especie de cerveza ceremonial de cacao.






Finalmente, el chocolate es templado, un proceso térmico en el que se funde y enfría a temperaturas controladas para estabilizar la manteca de cacao. Esto garantiza que el chocolate tenga un brillo atractivo, una textura firme y un crujido agradable al partirlo. Después de templar, se vierte en moldes y se deja enfriar hasta solidificarse.